Brillant cierre de la trilogía compuesta por El último manuscrito, y Operación Esmeralda. Suspenso, emoción, intriga, investigación forense, pasiones, ambición, engaño.
hace 1 mesCuando parecía haber encontrado el sosiego en su vida, la criminóloga Ana Beltrán comprende que una serie de muertes que encierran mensajes cifrados pone fin a la calma en la que estaba inmersa. En pareja con un exagente de Interpol, reconocida como profesional, esos cuerpos cercenados, que aparecen en distintas iglesias, separados de las cabezas, van a ponerle a prueba el temple y la sagacidad para resolver los crímenes. La trama se complica con el descubrimiento de que todos los asesinados tienen un tatuaje que conforma una imagen única, compartida: un código más que deberán descifrar. La desaparición inesperada de Agustín Riglos, exespía y pareja de la doctora Beltrán, sume al grupo de investigadores en la desconfianza. Con personajes desbordantes, como el comisario Justo Zapiola o la agente Verónica Ávalos, con escenarios que van de lo escabroso al mundo del jet-set, con el desconcierto que siembra el mejor suspenso y con la brillantez de la doctora Beltrán para resolver los enigmas, la trama se articula sin respiro para el lector. Un hilo invisible unía todas las puntas: los cuerpos, los sitios en los que aparecieron, los tatuajes, la escultura del Grupo de Laocoonte, el Vaticano, el hecho de que quisieran echarlos luego de haberlos convocado: algo les ocultaban, pero ¿qué? Demasiadas puntas para unir en un solo caso.
Brillant cierre de la trilogía compuesta por El último manuscrito, y Operación Esmeralda. Suspenso, emoción, intriga, investigación forense, pasiones, ambición, engaño.
hace 1 mes