¡Idílico, increíble!
¡Vaya con la invencible inventiva humana!
Un conocido me había hablado muy bien de este libro; además tenía alguna referencia por la adaptación de la película “The Congress” (poco tiene que ver). Así que por fin lo empecé y… ¡Qué grata sorpresa!
¡Es un libro corto, pero que con sus escasas 100 páginas da más de que hablar que muchos otros con 1000! Podrías ir desmenuzándolo párrafo a párrafo y te podría dar para un ensayo filosófico. Y es que Lem nos plantea un futuro distópico, al más puro estilo de Dick. A mi particularmente me ha recordado mucho a “Ubik”, por su tono satírico y su humor ácido.
“…bombas sobre la sede del gobierno, un gran número de altos funcionarios de la policía y de las fuerzas armadas se suicidaron, al no poder aguantar los tremendos remordimientos de conciencia por la política seguida hasta entonces”.
El libro escrito en primera persona empieza con el Congreso de Futurologia, donde el personaje vive una serie de aventuras (o desventuras) que termina en un futuro dictaminado por la era de la farmacocracia (la criptoquímicodemocracia).
La noción fundamental es ahora la psiquímica. Vivimos en una psivilización
Un futuro donde los trajes cambian de corte y color, las faltas se acortan bajo la mirada de los hombres o al revés, dónde la meteorología la dictaminan las personas, los sueños se piden por encargo, los homicidios se castigan con una simple detención puesto que siempre es factible resucitar a la víctima; y los libros no se leen se comen!
Después de tomarme cuatro comprimidos de algebrina, dominaba, sin saber cómo, las matemáticas superiores sin esforzarme en lo más mínimo.
En resumen, he disfrutado muchísimo con esta ANTIUTOPÍA, debería ser imprescindible para los amantes del sci-fi (¿pero qué libro de ciencia ficción no lo es?) y para todas aquellas personas que quieran reflexionar sobre cuestiones futuras (y no tan futuras).
El Harald traía esta mañana una curiosa noticia sobre un proyecto de ley según la cual se castigaría el envejecimiento. Le he preguntado a Symington cómo se debe entender esa idea. Se limitó a sonreír, pero sin aclararme nada!
¡Ah, un consejo! Coge boli, porqué no vas a parar de subrayar y escribir notas!
¿No será el estado del tiempo el que me hace añorar la época pérdida? El alma humana aún está sin explorar.
Ah! Y… Utopícese!
hace 8 años
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