Martha Gellhorn, pionera corresponsal de guerra, conoció docenas de países, tuvo casa en Italia, en Cuba, en Kenia... Pero solo se propuso escribir sobre viajes tras un incidente fastidioso en Creta. Ante el desaliento, ante la duda de por qué viajaba, se puso a trabajar. El resultado es la presente recopilación, con los mejores de sus peores viajes. Agrupa varios relatos: el viaje por una China en guerra en compañía de Ernest Hemingway -con quien estuvo casada durante cinco años-, otra errática singladura por el Caribe en busca de submarinos alemanes, su travesía de África de Oeste a Este, y una cata de la Rusia soviética. Como antídoto contra el desaliento, el libro funciona a la perfección: nada mejor para la autoestima que la supervivencia, afirma Martha Gellhorn. Además, aun de los viajes más adversos se regresa con jugosas recompensas, y no hay que perder la esperanza: el próximo destino puede resultar todavía peor.