“Cartas de una pionera” es una novela epistolar ambientada a principios del siglo XX, cuando en Estados Unidos se fomentaba la colonización del Oeste del país. La autora, Elinore Pruitt, fue una de las que solicitó que se le concediesen tierras a cambio de construir allí su vivienda habitual. Esta novela contiene las cartas que escribió a una antigua patrona y amiga cuando se desplazó con su hija a Wyoming para empezar una nueva vida.
Elinore traslada a sus cartas sus vivencias en el nuevo y desconocido territorio. De ella destaca su entereza, gran capacidad de trabajo y excelente carácter, con los que afronta las nuevas condiciones que se cruzan en su camino, ya sean las duras labores agrícolas, la implacable naturaleza en estado puro que la rodea o las condiciones climatológicas adversas. La naturaleza, con sus vastas extensiones, bosques y animales salvajes, tiene un papel fundamental en el libro. La pasión que plasma la autora por todo lo que ve y vive se transmite al lector como si él estuviese presente.
También destaca la hospitalidad y solidaridad entre vecinos, algo imprescindible en un lugar inhóspito y de grandes distancias, y especialmente la sororidad entre mujeres, Elinore la primera. Las situaciones y aventuras de todo tipo que se relatan en las cartas son amenas y sorprendentes al mismo tiempo.
A todo lo dicho hay que añadir la sutil ironía y buen humor que impregna el texto. Según lo que ella misma escribe, la autora no tuvo muchos estudios, pero sí que leyó mucho, lo que se refleja en las frecuentes referencias literarias que aparecen; las cartas se leen muy bien y son una auténtica delicia.
Estas cartas son testimonio de una época y, sobre todo, de una mujer excepcional avanzada a su tiempo, cuyo espíritu libre, optimismo y fuerza, llega hasta nuestros días como un soplo de aire fresco. Una lectura entrañable, de las que nos reconcilia con la naturaleza y con la vida. La he leído varias veces y cada vez me gusta más, así que no puedo más que recomendarla fervientemente.