Una novela magnífica, sorprendente desde varios puntos de vista. Destacaría sobre todo el escenario descarnado de la isla de Hierro, el impacto de las guerras -la civil y la segunda mundial- en aquel aislado enclave, y esa prosa rotunda y arriesgada de Víctor Álamo. Quizás el final en modo "tragedia griega" desluzca un poco el conjunto impecable de la obra.
hace 6 años
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