Un repaso nostálgico a tiempos que no volverán. Bryson nos cuenta al detalle cómo era la vida (no solo la suya) en Des Moines, Iowa, en los años 50. Y cómo fue su infancia y su adolescencia. Una mirada crítica a la política interior y exterior estadounidense, una mirada nostálgica a la forma de vida de aquella época en la que no había centros comerciales ni franquicias de restaurantes o tiendas en Des Moines, y donde los chicos vivían asilvestrados y sin apenas supervisión la mayor parte del tiempo. Y datos, muchos datos, sobre Des Moines, sobre Iowa y sobre Estados Unidos, que a veces se extienden un poco más de lo que me habría gustado. Pero en general el libro es entretenido y a ratos divertido.
hace 4 años