El cine es una de las muchas disciplinas artísticas que ha cultivado Alejandro Jodorowsky desde hace más de sesenta años. Personaje proteico, escritor (novelista, ensayista, dramaturgo…), autor y guionista de cómics, director de teatro y de cine de culto, actor, poeta por encima de todo, su escueta filmografía —iniciada tempranamente en 1957— es una rarísima y grata anomalía en la historia del cine. Siete films constituyen un universo creativo propio, en donde lo metafísico y lo terapéutico se dan la mano, en el que lo trascendental e iniciático se expresan mediante un complejo entramado de símbolos. Deudor del Movimiento Pánico, que él mismo creó en París en 1962, sus películas —«Fando y Lis» «El topo» «The Holy Mountain» o «Santa sangre»— son ejemplos notables de cine simbólico, poético y vanguardista, influido por el Surrealismo y la contracultura, por Cocteau, Buñuel, Fellini o Tod Browning. Muy seguido por exigentes cinéfilos en América, Europa —especialmente Francia, su país de adopción— y Japón, por ignotos motivos el cine jodorowskiano no ha sido todavía divulgado ni valorado en España como se merece, labor que este libro trata de subsanar.