Fue mi profesora de literatura universal la que me habló efusivamente de este libro, y nos recomendaba siempre tanto éste como Papá Goriot del mismo autor. Así que tras buscarlo con ahínco en diversas ferias del libro antiguo, terminé por comprarme la nueva edición de DeBolsillo. Aun con todo he de decir que no sabía qué esperarme de este libro, porque no tenía ni idea de la trama principal. Así que me lancé a la aventura y tengo que confesar que estoy encantada. En un primero momento el libro se me hizo un poco pesado, ya que se pasa todo el comienzo haciendo extensísimas descripciones tanto del pueblo, como de las costumbres y de los personajes. A mí, personalmente, no me gusta mucho que se describa la personalidad de cada uno de los protagonistas, como poniéndote sobre aviso de cómo van a ser, prefiero irlos conociendo a lo largo de la novela, así que este punto me decepcionó. Pero la historia va cogiendo ritmo y enseguida te das cuenta de que Balzac tiene una pluma que te atrapa sin saber muy bien por qué. La trama no es especialmente compleja, y da saltos en el tiempo bastante extraños, como que más de la mitad del libro se desarrolla en dos días y durante el resto pasan siete años y acontecimientos muy relevantes que se pasan en dos hojas, pero aún así consigue mantener el interés y su forma de escribir es bastante ágil. En conclusión, aunque en un primer momento me pareció demasiado descriptivo, en seguida me atrapó y me ha gustado mucho. En esto también puede tener algo que ver el hecho de que soy una ávida lectora de Jane Austen que escribe realismo de la Inglaterra de principios del s.XIX y Balzac escribe realismo francés de mediados de este mismo siglo. Así que si te ha gustado Jane Austen yo creo que te gustará Balzac.
hace 9 años
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