El mundo mágico de las máquinas y los motores, la velocidad, cuando la sociedad no tenía experiencias de percepciones similares, todo aprece con los destellos propios del recuerdo y el sueño. El protagonista, Ultimo, vive por un fin único, a la vez simbólico e intenso, muy vivencial. La novela me encantó. No solo por esta descripción de la perplejidad de la nueva sociedad que será transformada por sus propios avances, una sociedad que abandona la ingenuidad... Si no por sus personajes, sus reflexiones, que la convierten casi en un tratado de filosofía.
hace 12 años