En un mundo preapocalíptico al borde del cataclismo social y moral, tres mujeres atormentadas luchan por sobrevivir y ser dueñas de su propio destino. Julia, Margarita y Pálida son las protagonistas de Crímenes del futuro, una fábula de inquietantes signos proféticos, en la que España se parece más a los turbulentos y miserables años 40 que a lo que desearíamos que fuera el siglo XXI. Los estados han desaparecido y las multinacionales del Ente gestionan implacables la vida pública. La única ley vigente es la financiera, los precios de los alimentos se disparan sin control y las ciudades se convierten en arrabales separados por alambradas donde empieza a gestarse una desesperada revolución, opacada por las pasiones más turbias. Julia y César, a los que unen las heridas no cicatrizadas de una infancia difícil, inician entonces un romance imposible, que es también una historia sobre la pérdida de la inocencia en un mundo que se hunde. Margarita, una bellísima modelo, y Héctor, un fotógrafo de moda, viajan a una isla paradisíaca y desierta para realizar un glamuroso reportaje fotográfico. Cuando el estallido de la guerra los condena al olvido y al aislamiento, su idílica relación derivará en una descarnada lucha por la supervivencia, en la que se saldarán oscuras cuentas y se desatarán las más abyectas pulsiones. Ya en la prosperidad desesperanzada de la Nueva Patria, Pálida inventa una realidad paralela donde reviven los ausentes, y la soledad y la humillación de la derrota no duelen tanto.