Tsutomu Godai, detective de la Sección de Delitos Violentos de la policía, investiga el asesinato de un abogado de prestigio del que todo el mundo solo habla para bien. Conforme avanzan las pesquisas, un hombre llamado Tatsuro Kuraki es detenido y acaba declarándose autor del crimen. Según su confesión, la razón del asesinato se remonta a más de treinta años atrás y está relacionada con otra muerte violenta, de la que también se autoinculpa Kuraki, la de un ciclista al que había atropellado y que le estaba extorsionando, un crimen por el que un hombre inocente fue acusado. Tanto el hijo del acusado como la hija de la víctima están convencidos de la inocencia de sus respectivos padres y juntos conducirán una investigación paralela a la de la policía que sacará a la luz la verdad.