En julio del 74, Franco estaba empezando a morirse en Madrid y yo me paseaba con Frank Sinatra por Hollywood Boulevard... Quien habla es Charly, un joven español de veinticinco años que, según algunos, se parece a Johnny Weismuller, y que pasa el verano de 1974 en California. Ansioso por disfrutar del glamour californiano, acompaña a celebridades como la endiosada cantante Ynka Pumar, aprovecha la devoción del agente de actores Armando Hern para sacar provecho económico de sus encantos, participa en películas porno y asiste a fiestas exuberantes y disparatadas. Se lo pasa tan bien que no tiene el menor interés en cambiar el mundo... Años después, Charly es ya Carlos, vive en Madrid, ocupa un puesto importante en una gran empresa y mantiene una relación estable con Álex, un ambicioso broker. Y es que "todo el mundo tiene derecho a cambiar, también a mejor". Ahora Carlos es un hombre progresista y comprometido, "todo corazón", y, ante una injusticia que está a punto de cometerse contra un empleado de su empresa, decide arriesgarlo todo y actuar.