Para aquellos que no quisieron escuchar la advertencia, ya es demasiado tarde. El mal inmortal, el más terrible de todos, ahora está libre para revivir su reinado de terror. El príncipe maldito avanza implacable, impulsado por el deseo de venganza y su ansia de destrucción. A su lado, la muerte tiene forma de mujer, tan sensual como mortífera, tan erótica como sanginaria, tan apasionada como cruel.