Estamos a principios del siglo XIX, la viruela es la más terrible enfermedad de la época, no distingue entre clases sociales ni edad y mata o desfigura a buena parte de la población. Cuando las investigaciones de un médico inglés aportan los primeros datos positivos acerca de la posibilidad de vacunar a las personas para que desarrollen mínimamente la enfermedad y queden inmunizadas, el doctor Balmis es uno de los primeros defensores a ultranza del método, lo que le valdrá para ser nombrado director de la “Real Expedición Filantrópica de la Vacuna”. Esta expedición, de carácter sanitario, tiene como misión transportar la vacuna a lo largo y ancho del Imperio español. Formarán parte de ella el doctor Balmis, el doctor Salvany y varios ayudantes, además de un personaje clave, Isabel Zendal, una joven que tendrá a su cargo el cuidado de la parte más delicada y humana del viaje, los veintidós niños huérfanos que zarparán para ser los transmisores de la vacuna hasta llegar a los territorios españoles de ultramar. La expedición y todas las circunstancias que la rodearon forman el eje principal de la novela, pero primero, y no menos importante, Javier Moro nos narra, alternativamente, la vida de Isabel Zendal y la de Francisco Xavier Balmis. Orígenes distintos, el de ella en una familia gallega “pobre de solemnidad” y el de Balmis en Alicante, tras una ambiciosa carrera médica; pero cuyos caminos confluirán en la corbeta que zarpará de La Coruña en 1803. Mediante una buena ambientación el autor recrea el viaje al Nuevo Mundo y las vicisitudes, de todo tipo, que encontraron durante el largo viaje, pero también nos muestra la situación histórica de la península, tanto en el plano social o político, como los avances científicos o las dificultades económicas del reinado de Carlos IV. Destaca la gran labor de investigación y documentación que ha requerido su escritura, y que se plasma en la abundancia de fechas y detalles históricos concretos que aparecen. Y donde no llega la historia lo suple ampliamente la imaginación del autor. Estamos ante una gran novela histórica, que también tiene mucho de aventura y de amor, porque la pasión es uno de sus ingredientes destacados. Lectura entretenida y absorbente de principio a fin, imprescindible para los amantes de la novela histórica. (Esther Rodríguez, 8 de octubre de 2015)
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