La alteración de la realidad se produce sin que apenas nos demos cuenta. No hay más que mirar a nuestro alrededor para descubrir que todo aparece deformado, exagerado, transformado en una inmensa fiesta plagada de luces que distorsionan nuestra visión. Nos empeñamos en representar el papel que hemos asumido como «propio» y el afán con que nos aferramos a él nos conduce a la caricatura. éstas son las «verdades alteradas» de las que nos habla Boris Izaguirre . Él mismo se desdibuja en su doble faceta de personaje espectáculo y de polemista alterado casualmente en la televisión, pretendiendo aproximarse a la confusión reinante a través de su peculiar y mordaz sentido del humor y del deporte más sincero de la sociedad actual: la observación. La ilógica inherente al mundo capcioso de la fama es analizada en este libro con una sorprendente y brutal lucidez, presentando un mosaico de figuras famosas, antiguas y recién llegadas, en permanente alteración, todas ellas luchando por un instante de protagonismo.