Todo hace suponer que el macabro hallazgo de un cuerpo descuartizado en los bosques al norte de Algonquin Bay es obra de los osos. Pero las pesquisas llevan a los detectives Cardinal y Delorme a un remoto cobertizo de trampero, que el despiadado criminal ha utilizado como matadero. Y en la espesura del bosque, de pronto, aparece un segundo cadáver, desnudo y cubierto por una capa de hielo. Hasta la naturaleza parece querer dificultar la tarea de los policías. La tormenta de hielo más severa de los últimos cien años azota el norte de Ontario. Con este terrible telón de fondo, Cardinal deberá enfrentarse al asesino.