Narrada en primera persona por su protagonista, Cándida, una mujer al borde de los 60, esta novela relata una profunda crisis vital, cuyo desarrollo y consecuencias resonarán en el corazón de muchos lectores. Hija mayor de una familia acomodada, Cándida vuelve a su Barcelona natal para acompañar a su madre, una anciana déspota, a la residencia donde pasará sus últimos meses de vida. Sus únicos familiares son su hermano Ángel y su tía paterna, enemiga encarnizada de su madre y guardiana de los secretos familiares. Una obra de mujeres y para mujeres, centrada en las que, nacidas a principios de los 50, aún tenían muy cerca la guerra y la posguerra, y también el pueblo. Las primeras que accedieron en masa a la educación y la cultura en la creencia de que eso les serviría para «salvarse» de los demonios familiares, demonios que, tarde o temprano, acaban por darles alcance.