«Nunca le cuentes demasiado a los demás. Recuerda que, en tiempo de envidia, el ciego empieza a ver, el mudo a hablar y el sordo a escuchar». ¿Por qué empiezo la reseña con esta frase? Porque es algo que decidiréis hacer cuando acabéis de leer Un pequeño favor de Darcey Bell. La historia comienza hablándonos de Stephanie: una joven madre viuda que se siente muy sola hasta que conoce a Emily, la madre de uno de los compañeros de clase de su hijo. Un día, como otro cualquiera, Emily le pide a Stephanie que recoja a su hijo del colegio porque tiene que trabajar hasta tarde. Pero ella nunca regresa a casa. Stephanie está segura de que la ha pasado algo, por mucho que la policía lo niegue, y pide ayuda a las lectoras de su blog. Algún tiempo después, ella y Sean, el marido de Emily, reciben una noticia escalofriante. El género de la novela es el conocido como “Domestic Noir”. Resulta curioso leer una novela de intriga ambientada en un barrio residencial y sin apenas salir de las casas de los protagonistas. Pero no por ello se pierde un ápice de la tensión narrativa. El libro está dividido en tres partes. Cada una de ellas está narrada, en primera persona, por uno de los protagonistas de la historia: Stephanie, Emily y Sean. Este peculiar estilo narrativo nos permite conocer tres puntos de vista completamente diferentes de lo que está ocurriendo. Una novela muy original en el que Darcey Bell plantea un juego tan inquietante como revelador: si te preguntaran si conoces realmente a tu mejor amigo o amiga, ¿cuál sería la respuesta? (Ana García, 13 de febrero de 2018)
hace 6 años