En ninguna parte de Europa he visto un pueblo tan maltratado por las autoridades como en España. Con esta contundente sentencia describe Blaise Cendrars, un clásico contemporáneo de las vanguardias iterarias francesas, la impresión que le produjo nuestro país. A caballo entre la ficción y la realidad, saltando de puerto en puerto, Cendrars nos sumerge en Trotamundear en su particular visión de la vida y de la literatura. Nos ilusiona con su militancia vitalista y con su culto al viaje sin rumbo, a la amistad y al carpe diem; con su rebeldía e inconformismo ante lo convencional. Su periplo vital-literario pasa por Venecia, a través de sus recuerdos infantiles; Nápoles, La Coruña, Burdeos, Brest, Tolón, Amberes, Génova, Rotterdam y Hamburgo. Lugares que le sirven de soporte para engarzar con sus aventuras allende los mares, ya sea en Brasil o en China, y terminar en París, el "puerto de mar", el "embarcadero de los deseos, encrucijada de las inquietudes" que posee la "biblioteca más hermosa del mundo".