Porque las series son precisamente eso, un reflejo de lo que somos, de lo que nos gustaría ser y, también, de lo peor de la condición humana. Por eso nos enganchamos, casi físicamente, y queremos saber qué es lo que le va a pasar a los protagonistas de nuestras series. Porque, en realidad, lo que queremos es conocernos a nosotros mismos y saber qué ocurrirá cuando acabe esa primera temporada.