En libro se da alguna clave de porqué se aprobó la ley de la desconexión que permite a los padres decidir sobre la vida de sus hijos a los 13 años. Si son chicos problemáticos, hijos de la cigüeña (niños abandonados) o simplemente arma arrojadiza en divorcios los padres pueden solicitar la desconexión de sus hijos que no es otra cosa que convertirlos en donantes de órganos. Pero no en el tipo de donantes que conocemos ahora… Se dona todo: desde los dedos de la mano hasta el tronco encefálico… También sale a escena un nuevo personaje: Cam. Una criatura creada a base de partes de desconectados que dará mucho juego en el siguiente libro por lo que éste avanza… Quedan muchas dudas por resolver porque el libro revela algunas cosas pero también despierta muchas más incógnitas así que habrá que esperar a leer “Inconexión”.

Me pareció mejor libro el primero de la tetralogía, pero este tampoco desmerece. Neal Shusterman deja de lado su crítica al aborto para centrarse en el comercio de órganos. También le hace una negativa crítica a la siempre cuestionada democracia. Muy recomendable.