La irrupción de los «expertos» (es decir científicos varones) en lo que era un dominio femenino —el cuidado del hogar, la salud de la familia, el embarazo y el parto, etc.— ha sido el hecho social más destacado del último siglo y medio. La coartada de la «ciencia» sirvió para desalojar a las mujeres de ámbitos que tradicionalmente controlaban. A través de una documentación extensísima (que incluye desde revistas femeninas a discursos políticos, pasando por tratados de higiene) las autoras de este clásico de los «estudios de la mujer» desvelan una confrontación por el poder que todavía continúa.