El proyecto de hacer una adaptación ilustrada de una obra tan compleja como En busca del tiempo perdido es atrevido. Sin embargo, este primer volumen de los doce previstos demuestra que es alcanzable y, sobre todo, acertado. Detrás de esta primera parte de Por el camino de Swann hay un inmenso trabajo de investigación que se constata en cada detalle del dibujo. Stéphane Heuet ha logrado poner en escena una obra difícil que de por sí es muy visual, y lo ha hecho respetando cuidadosamente el texto, los personajes y los decorados que el mismo Proust creó hace casi un siglo.