No me gusta refugiarme en la nostalgia y pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero al reencontrarme con las travesuras y pillerías de esta locuela muchachita y sus amigos, uno tiende a echar de menos esa frescura natural en la narrativa infantil o juvenil de nuestros días. Y es que salvo raras excepciones -como por ejemplo Harry Potter-, actualmente se hace una literatura para niños bastante plana, comercial y pegada a la moda. En "Pippi Calzaslargas" encuentras diversión, fantasía, irreverencia, valentía, ternura... En fin, buenos valores que llegan al fondo del corazón. Felicito a Blackie Books por esta magnífica edición de las historias originales realizadas por Astrid Lindgren.
hace 6 años