En aquel momento tenía diez años, y mi hermana, ocho. Era mi responsabilidad avisar a todos cuando venían los soldados, porque tanto mi hermana como mis padres eran sordos. Yo era los oídos de mi familia.
Renee y Herta vivieron lo inimaginable juntas, como hermanas. Esta es su historia real.
Como muchos judíos checoslovacos en los años 40, Renee y su familia estaban en peligro cuando el Holocausto llegó a su puerta. La única persona oyente de su familia, Renee, era la encargada de comunicarse con el mundo exterior. Hablando con lenguaje de signos y apoyándose entre ellas, Renee y Herta lucharon para sobrevivir la época más oscura de su vida.
Este testimonio de una de las pocas supervivientes del Holocausto es una prueba del poder de la sororidad y el amor, y un recordatorio de lo importante que es no olvidar el pasado. Una historia real, impactante y conmovedora a partes iguales.
Adaptado para niños y niñas a partir de 9 años.