El análisis que la polémica psicóloga americana Judith Rich Harris desarrolla en No hay dos iguales parte de unas preguntas básicas: ¿por qué no hay dos personas iguales?, y ¿por qué estas —incluso los gemelos educados en un mismo hogar y que comparten los mismos genes— difieren en cuanto a personalidad y comportamiento? La autora, gran apasionada de novela negra, a través de una escritura amena, mordaz e irónica y, sobre todo, accesible también para los no expertos, convierte su trabajo en un verdadero trabajo de «investigación policial»: para descubrir al culpable, acumula y estudia todas las pruebas, reúne a los sospechosos, descarta las pistas falsas y llega al desenlace en su intento por solucionar el insondable misterio de la individualidad y de la naturaleza humanas.