Marina es una joven que se ha enamorado de Eugenio, un compañero de clase. Empiezan a salir y, sin apenas darse cuenta, comienza a alejarse de sus amigos y a hacer, sin rechistar, todo lo que Eugenio le exige.
Ella no es consciente de cómo se ha perdido a sí misma. Él la hace dudar de cada cosa que dice o hace y en su afán por hacerle feliz, deja de ver a su mejor amiga simplemente porque él no la soporta.
Ahora que han roto, le asaltan las dudas: ¿fue Eugenio siempre así? ¿Ha tomado la decisión correcta al dejarle? ¿Debería intentar recuperarlo? Aunque cuenta con la ayuda de sus padres y amigos, debe ser ella quién elija su destino.
Alfredo Gómez Cerdá narra en Ninfa rota una historia de acoso y maltrato, pero lo hace desde un prisma poco habitual: alternando la historia de Marina con sueños y recuerdos que la protagonista va escribiendo en un diario.
El autor expresa el dolor, la rabia y las dudas de Marina a través de la prosa, la poesía y de escenas teatrales protagonizados por un fauno y una ninfa. Ambas criaturas mitológicas, claras representaciones de la pareja, dejan entrever lo que Marina no se atreve a reconocer.
Una novela llena de lirismo que nos muestra lo fácil que es perderse a uno mismo cuando dejas que sea otro quien domine tu vida y decida desde qué ropa debes ponerte hasta con quién puedes hablar. También lo difícil que es volver a encontrarse a uno mismo cuando una persona así te ha destrozado la vida. (Ana García, 28 de octubre de 2019)