El protagonista de esta historia tiene muchas cosas que contarnos. Aparentemente algunas son tan dulces como una naranja: su madre es periodista del corazón, su padre diseña muebles y su hermano sueña con convertirse en Gasol. Pero otras son amargas como limones, ¿o acaso no lo es la muñeca Barbie de su hermana? Poco a poco el narrador de esta divertida historia reconoce que la gente que le rodea tiene una parte de naranja y otra de limón. Algo para pensar. Su lectura está recomendada a partir de 10 años.