Dos asesinatos. Las víctimas llevan la marca del Profeta, un psicópata calculador que hace veinte años sembró el terror en la bahía de San Francisco y luego desapareció. Aquel asesino en serie destruyó al padre de Caitlin Hendrix cuando era una niña, ahora ella es policía y no piensa dejarle escapar. Aunque para ello tenga que asomarse al abismo.