Mikel camina bajo la lluvia tras otro día de trabajo como fotógrafo en el periódico local cuando se cruza con un coche que sube la cuesta de un parking cercano. Entonces lo ve al volante. Solo que los ojos del diablo no son de color rojo, ni siquiera desconocidos: pertenecen a su vecino de la infancia, Iván Katz, en la actualidad un próspero artista y emprendedor muy conocido en San Sebastián y que clava su mirada en la de Mikel en un instante que cambiará la vida de éste radicalmente. No solo por lo que descubre en las pupilas del hombre, sino por lo que atina a ver en la parte de atrás de su vehículo: un joven desaparecido hace poco; un niño bien por el que se han levantado las alfombras de media ciudad. Pero hay algo más en el coche que la mente de Mikel bloquea; algo tan retorcido que lo lanzará de lleno a una investigación impactante, obsesiva, con la que ahondará en la cara más oscura de un vecindario aparentemente tranquilo y bien avenido, y en la vida del desaparecido, un chico que mantenía una relación con la mujer más extraordinaria que Mikel cree haber conocido jamás. Una investigación que empujará al protagonista de esta historia a descubrir que nada es como él pensaba, y que aquellos capítulos de su infancia sobre los que había echado tierra tenían un sentido que en el presente lo cambiará todo. En su formidable debut la donostiarra Lide Aguirre atrapa al lector en las redes de una trama absorbente, que revela el talento de una escritora de raza.