Los maestros cantores, de Francisca Aguirre, es un libro de preguntas y de afirmaciones, de admiraciones y de dudas. Entre unas y otras, entre la perplejidad y el dolor, entre la gratitud y la piedad, sus poemas en prosa arrancan, como toda su obra, de esa “pena irreversible” de la que habla Olvido García Valdés en su prólogo.