Jesús Cañadas, (Cádiz, 1980) nos lleva en su último trabajo, Las tres muertes de Fermín Salvochea al Cádiz de la Primera República y al de principios del siglo XX. Nos sumerge en un mundo de fantasía, visto a través de los ojos de Juaíco, un barbero borrachín de buen corazón que empieza a trabajar para Fermín Salvochea, el nuevo alcalde de la ciudad de Cádiz, y de su hijo Sebastián, que junto a otros tres amigos, un niño y dos niñas del orfanato, deberán desentrañar un misterio que asola la ciudad. La historia, pues, se desarrolla en dos períodos concretos, conectados entre sí no solo por la relación familiar entre Juaíco y Sebastián, sino por muchos de los hechos, lo que hace que se pueda leer casi como una sola. Nos encontramos con un libro en el que el autor ha sabido jugar muy hábilmente con el lector. La sinopsis que se nos presenta en la cubierta no nos da una idea de la trama, dejando caer pinceladas de que nos hallamos ante una lectura cargada de misterio, suspense y fantasía, pero sin dejar claro nada más. Es este uno de los mayores aciertos del libro. Porque, a veces, una sinopsis bien hecha es de lo más efectivo. La escritura es una maravilla. Frases bellísimas codeándose con el argot y el hablar de la gente de la calle, en una mezcla que, lejos de parecer extraña al lector, llega a convertirse en una delicia para los sentidos. Vívidas descripciones que hacen que ante nuestros ojos desfilen los personajes y lugares como si fuesen reales. Es uno de esos libros que hacen de la lectura un placer. La imaginación que derrocha Jesús Cañadas merece ser tenida en cuenta. Crea todo un mundo imaginario, desde ese Cádiz subterráneo hasta una torre demasiado inquieta y juguetona, personajes de fantasía surgidos de su mente que desfilan ante nuestros ojos, consiguiendo que parezcan reales, vivos. Por otro lado, la crítica social no queda fuera de la novela. El autor incide mucho en recalcar las diferencias entre ricos y pobres, los ideales de la república y problemas como el alcoholismo o la brutalidad de la iglesia con los niños huérfanos a los que debería cuidar. Así pues Las tres muertes de Fermín Salvochea es una novela que lo tiene todo: una bellísima prosa, una historia envolvente, personajes inolvidables y bien construidos, una trama llena de misterio y fantasía, con algún toque de terror y crítica social... Ingredientes que el autor ha combinado de manera magistral en un plato que no empalaga ni atraganta, sino que se disfruta con deleite. (Aitor Heras, 30 de abril de 2018)
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