No hay salida, ha llegado a una encrucijada: o salta desde lo alto del cortado a las aguas del Bornova o muere a manos de quien lo está persiguiendo. Tomás Moreda, el Monstruo de la Tejera Negra, no tarda en resolver el dilema. Que Dios decida si ha de sobrevivir a la caída o ha de sucumbir por su único pecado: el de no recordar qué pasó aquel día de hace treinta años, cuando perdió a sus pequeños en el bosque y lo acusaron de haberlos matado.
¿Dónde están sus hijos?
Nadie duda de que los enterró y de que se irá a la tumba sin confesar.
Una semana después, sigue en paradero desconocido. ¿Sigue vivo? Para encontrar la respuesta a esta pregunta, la madre de Tomás Moreda, la única convencida de su inocencia, recurre a Constanza Desaparecidos, una agencia que continúa buscando cuando a la policía se le agotan los recursos.
Frank Durán, un expolicía expulsado del cuerpo «por sentimental», y Eliana Santoro, que lidian, como el Monstruo de la Tejera Negra, con sus propios fantasmas ?la muerte de la persona amada y los abusos de quien debería amarnos y protegernos?, descenderán a los bajos fondos de la ciudad de Guadalajara y se sumergirán en la historia, la geografía y las creencias ancestrales de los pueblos de la Sierra Norte en una carrera contrarreloj frente al demonio que los acecha y que habita en todos nosotros, Samael, el ángel de la muerte, el Veneno de Dios.