Es la primera traducción al castellano de una novela fundamental de la literatura catalana (Els sots feréstecs), publicada en 1901. Mosén Llàztzer se instala en la iglesia de Montmany (Vallés oriental) como rector, desterrado de la ciudad debido a su interés en recuperar la obra de un heterodoxo de la iglesia. El paisaje salvaje y el estado ruinoso de la iglesia son el reflejo del abandono y aislamiento en que se encuentra el personaje, en éste su «particular reino de la muerte». Acompañado de una pareja de ancianos criados, el rector restaura la iglesia e intenta redimir a los feligreses («las gentes del limbo») de su pasividad y miseria de espíritu con una actitud vital y enérgica. Los vecinos de la parroquia son descritos como animales sin ánimo, sin voluntad ni conciencia, siguiendo los dictados de una tradición y rutina nunca cuestionadas. Pero llega a las cañadas una prostituta que despertará los bajos instintos y la ruindad moral de los habitantes de la zona... Metáfora del enfrentamiento entre el artista y la sociedad de la época, Las cañadas indómitas es la primera novela modernista en lengua catalana, aunque contiene elementos simbólicos, en claro contraste con las novelas naturalistas de la época.