"La historia prohibida del Sáhara Español", Tomás Bárbulo 2002, es un ensayo sorprendente. Cuando hablamos de colonialismo nuestra mirada se desplaza a la América Hispana en el pasado más pretérito y a Cuba, Puerto Rico y Filipinas en 1898. Guinea queda diluida y el Sáhara más aún. Hablamos de que se legisló que se cedía a Marruecos dos días antes de la muerte del dictador y se hizo efectivo el 27 de febrero de 1976. Una tierra de promisión con múltiples recursos como fosfatos y petróleo para que fueran explotadas por otros. Todos estos recursos fueron cedidos por Marruecos a empresas americanas. La ONU apoyó su autodeterminación y los saharauis fueron usados por España, Marruecos y Mauritania a partes iguales. El trato vejatorio del gobierno franquista al pueblo nativo, sometido a discriminación por ser de allí, con sueldos diferentes a los de los nacionales es otro impactante tema de esta obra. Las sublevaciones nacionalistas insignificantes fueron desarmadas a cañonazos. Aparece trabajos forzados que asustan, a los que fueron sometidos no sólo el pueblo autóctono sino también otros discriminados hispanos como los testigos de Jehová que asumían la objeción de conciencia. La Marcha Verde organizada por Hassan II aprovechando la agonía del dictador en la que mujeres y niños ocupan terrenos españoles, trae consigo un colapso del presidente del Gobierno Arias Navarro. Un país con un jefe de Estado agonizante y otro aún no instituido no era el paisaje más adecuado para colisionar con Marruecos. El Frente Polisario fue abandonado a su suerte y los saharauis sufrieron ataques indiscriminados con barridos con napalm y fósforo blanco. Fue denominado por la ONU como genocidio. Es llamativo que mientras Arias rendía pleitesía ante el monarca alauita, el representante español en la ONU defendía la autodeterminación del pueblo saharaui. Ambos hechos ocurrían simultáneamente. A principios de noviembre el Príncipe de España afirmó rotundamente en El Aaiun que el Sáhara era hispano y lo defenderían con uñas y dientes. Un ensayo impactante y necesario que recuerda y grita en voz alta y clara las barbaridades españolas en los años 70. No estamos hablando del s. XVII sino de ayer. Bueno es recordárselo a todos aquellos negacionistas que se envuelven en la bandera.
hace 1 mes
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