En el año 2000, cuando el Partido Revolucionario Institucional dejó al fin la presidencia de México, en el noreste del país nacieron Los Zetas, una banda que entonces parecía una anécdota fugaz del mundo del narco. Doce años después, el PRI regresa al poder y Los Zetas parecen eternos mientras libran una guerra contra el cártel de Sinaloa, la organización criminal más fortalecida durante los gobiernos panistas.
En esta aproximación inédita a una región fronteriza que a diferencia de Tijuana y Ciudad Juárez ha sido poco documentada, Diego Enrique Osorno recorre los sitios que han padecido los mayores estragos de violencia causados por la guerra declarada por Felipe Calderón. En un itinerario que abarca pueblos y ciudades de Nuevo León y Tamaulipas, el autor habla con pobladores, generales, jóvenes sicarios, alcaldes, periodistas, policías, empresarios, migrantes, familiares de desaparecidos y vendedores de armas. Consigue información reveladora, entre la que destacan las confesiones de Óscar López Olivares, el Profe, quien, junto a Juan Nepomuceno Guerra y Juan García Ábrego, fundó el cártel del Golfo.
Su relato en voz propia ofrece claves cruciales para conocer la raíz histórica de lo que sucede hoy en día. Así, a lo largo de este viaje, el lector va conociendo cómo durante la transición democrática fallida ocurrió el colapso de la añeja narcopolítica del PRI con la nueva necropolítica del PAN. En definitiva, La guerra de Los Zetas arroja luz sobre los secretos del lugar donde se libra la batalla más importante de México del inicio del siglo XXI.