Erich Kästner fue uno de los pocos autores literarios alemanes que vivieron el exilio interior por voluntad propia. Durante doce años se le prohibió escribir y publicar, no solo en Alemania, sino que los tentáculos del régimen nazi extendieron su prohibición a otros países. En "La Escuela de los Dictadores", un pequeño equipo de personas, comandadas por un ingenioso catedrático con ínfulas, se hace con el poder omnímodo, pretendiendo supervisar y dirigir toda la actividad del pueblo, pero también la de los políticos, de manera que el presidente de esa dictadura imaginaria sea la perfecta marioneta que obedezca a todos los movimientos previstos por los "manejantes" profesionales. Una advertencia para el futuro, ante ese teatro que siempre puede volver a convertirse en un cruel teatro del mundo.