El futuro se puede moldear. El presente se vive y adapta a las circunstancias. Pero el pasado es algo de lo que no puedes huir, ya que está escrito en tinta indeleble. Todos los errores o aciertos cometidos conforman nuestras huellas dejadas, con la peculiaridad de poder aprender de ellos, siendo imposible, no obstante, modificarlos. El pasado, por lo tanto, es un compañero de viaje que permanece a nuestro lado hasta el final del camino, recordándonos que ese peso que llevamos a la espalda es fruto de nuestras acciones y decisiones tomadas, siendo nosotros únicamente responsables de la dirección que toman nuestros pasos. Por ello, hay que tener cuidado con lo que dejamos atrás porque nuca sabemos cuándo nuestros pecados pueden volver a visitarnos, trastocando con ello la vida que actualmente hemos construido. Pilar Tena, oriunda de Madrid, sabe abordar con maestría una historia de redención y enfrentamiento contra aquello que creíamos enterrado pero que, sin apenas avisarnos, irrumpe con fuerza y amenaza con derrumbar nuestra realidad. La embajadora es esa historia que todos querremos leer pero que pocos querríamos protagonizar. Desde la primera página, esta autora, que además ostenta los cargos de periodista, consultora y experta en gestión cultural, nos demuestra su vasto conocimiento en el mundo del periodismo y las relaciones diplomáticas. La detallada descripción de la carroza real y las vestimentas de la embajadora hindú, así como de los distintos cargos ministeriales, nos convence, nada más empezar a leer, que estamos ante el trabajo de una persona bien documentada y experta en la narración sin trabas, la cual fluye sola, arrastrándonos en un viaje de descubrimiento, secretos, mentiras y romance. La escritora es una artífice de la dualidad. Tenemos el presente y el pasado, los cuales convergerán a lo largo de unas trepidantes páginas en las que iremos descubriendo los secretos que esconden Diego y Malah, quienes nos irán mostrando sus distintas caras y lo que esconden en lo más profundo de sus almas. Seremos testigos de la opulencia de la realeza y las embajadas en contraposición con las calles de La India. Lo dicho, dualidad por todas partes. Contraste sin tapujos entre los dos mundos que protagonizan esta historia, costándonos, en algunos momentos, discernir con claridad la línea entre el bien y el mal de cada uno de los dos. Pilar Tena nos ofrece dos protagonistas que tardaremos en olvidar. Diego, un espíritu libre, y Malah, una fuerza de la naturaleza. El destino les unió y separó. Ahora, años después, su caminos van a volver a confluir. El recuerdo de lo que pasó entre ellos está enterrado en la memoria bajo una capa dulce y a la vez amarga. El final llegará tras una trama sin pausa en la que estaremos acompañados de descripciones enriquecedoras, paisajes variados y complejos, y de una pátina de suspense que nos hará contener la respiración en cada vuelta de página. Un cóctel donde se entremezclan varios géneros con los que disfrutar de una amena lectura. Un libro recomendable para llevar a cualquier sitio y tapar esas horas de inactividad con una buena historia. La embajadora no tardará en ocupar un hueco en tu biblioteca particular. (David Carrasco, 19 de junio de 2017)
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