Cruzada la frontera de los cincuenta años, con la imagen de la muerte delante y con la guerra rozándole los talones, Jean Cocteau ha llegado a la conclusión de que la comedia está ya muy avanzada. La dificultad de ser es el ajuste de cuentas que Cocteau hace consigo mismo, con el yo que se fue en la época del esplendor social y con el yo que es en las angustias del presente.