Partiendo de una reestructuración radical del lenguaje y de sus posibilidades expresivas, usando con riqueza y libertad absolutas las dimensiones temporales y espaciales, del Paso nos cuenta la vida de José Trigo y con ella la de los trenes que salían y llegaban a las estación Nonoalco-Tlatelolco. Pero sobre la anécdota misma de su personaje, simultánea con la recreación del ambiente ferrocarrilero en un momento determinado de la vida de México, el autor ha construido una evocación total de la historia de su país, desde sus orígenes hasta el tiempo presente, José Trigo, como muy pocas obras de la literatura universal, está concebida dentro de una ambición de expresar en forma absoluta, con todas sus ramificaciones, con toda la fecundidad expresiva del mito milenario, un instante del tiempo sobre la tierra.