La “Investigación sobre el conocimiento humano” constituye la exposición más coherente y madura de las ideas de David Hume (1711-1776). La obra se erige en torno a la formulación de los dos grandes principios del empirismo clásico del siglo XVII -por un lado, la afirmación de que todas nuestras representaciones se fundamentan en la experiencia y, por otro, el principio de que las cuestiones de hecho, esto es, las proposiciones fácticas, no son reductibles a las relaciones de ideas, sin que quepa establecer una dependencia jerárquica del conocimiento empírico respecto al conocimiento racional-. A partir de estos fundamentos, la exposición se centra, en definitiva, en la crítica de la noción de “causa”, con todas las implicaciones y derivaciones que el desarrollo de este tema central lleva consigo.