La obra de José Antonio Ramos Sucre ha sido reclamada como piedra fundacional de la tradición poética contemporánea venezolana. La fría recepción de sus textos en el precario ambiente literario de su época, signado por la versificación española tradicional y un modernismo ya exhausto, hizo que sus poemas en prosa fueran a menudo tachados de incomprensibles y crípticos. Sin embargo, su huella sigue siendo visible en el canon estético de las generaciones posteriores, tanto en poetas como en narradores, mientras que la divulgación internacional de su obra se ha intensificado en las últimas dos décadas. Se sabe que Ramos Sucre sufría «insomnios agónicos» con regularidad. En esta antología monográfica se agrupan por vez primera sus textos alusivos a la noche y a la incapacidad de aposentarse en el sueño: medio centenar de poemas en los que se da cuenta, bajo distintos modos y registros, de la experiencia extrema y turbadora que marcó sus desvelos durante casi un decenio, agudizando el proceso de deterioro psíquico que lo condujo al suicidio a mediados de 1930.