A finales de octubre de 1903, Holmes se retira de la profesión y se va a vivir a su casa de Fulworth, situada en las colinas de Sussex. Su deseo es dedicarse a la apicultura y también a organizar un gigantesco archivo relacionado con diversos aspectos de la criminología. Watson, mientras tanto, se ocupa por entero de su consulta y de su tercera esposa, pero durante unos días decide visitar a su amigo para revivir entrañables aspectos de las muchas aventuras pasadas juntos. En el transcurso de esas jornadas, el detective le confiesa que se encuentra trabajando para un laboratorio de investigación forense que se creará próximamanete en California. También le dice que espera la visita del que será el máximo responsable de ese centro estatal y le sugiere que se quede unos días más en su casa para que ambos se conozcan, a lo que Watson accede gustosamente. A partir de ese momento se suceden una serie de aventuras en la que se ven envueltos algunos personajes que tienen bastante que ver con las pasadas andanzas de los dos amigos y también se incorporan otros -reales y ficticios- que le dan un aire nuevo, algo parecido a una brisa marina, en el más amplio sentido de la palabra, al argumento. Un misterioso pecio en forma de caja -al parecer inexpugnable- hallado en medio del Atlántico, flotando a la deriva sobre una masa de sargazo, e iluminado con una linterna que nunca se apaga, será el principio de una nueva aventura trepidante de Holmes y Watson.