Luz, naturaleza y silencio. Hilos para tejer la obra de un poeta singular que murió apenas cumplidos veintiocho años. Porque solo una mirada enfebrecida sueña con llegar al interior de la piedra y navegar por ríos de savia y sangre que dan acceso a los seres. Porque solo un ciego deslumbrado por la existencia es capaz de dotar a su lenguaje de la mística cotidiana. Porque solo una palabra despojada se atreve a respirar en el misterio del silencio.