James Keene está cumpliendo una condena de 10 años por tráfico de drogas. Pese a que la vida entre rejas es terrible, James tiene un talento natural para tratar con todo el mundo y granjearse así el afecto y protección del resto de compañeros. Esa confianza que parece depositar la gente en él, no pasa inadvertida por los trabajadores del correccional, y al año aproximadamente de entrar en prisión, el fiscal del distrito le ofrece un trato para rebajar sustancialmente su condena, o si la misión encomendada tiene éxito, concederle un indulto conmutando el resto de la pena. El fiscal necesita la confesión de Larry Hall, un preso que esta encerrado por asesinato. Tanto fiscalia, como la policía del condado creen que el crimen por el que está en prisión es solo la punta del iceberg de sus fechorías y, que en realidad detrás del tímido y acomplejado Hall, se esconde un peligroso asesino en serie. Keene acepta el trasladarse a la penitenciaria donde cumple condena Hall, con la intención de sonsacarle información o en el mejor de los casos una confesión. Keene enseguida se desespera, resulta que Hall es un hombre tímido, introvertido y desconfiado... pero Keene decide precipitar los acontecimientos y acercarse aun a riesgo de ser descubierto. Una vez más, la realidad supera a la ficción. En este caso, la historia que parece sacada del mejor guión de Hollywood, tiene todos los ingredientes para mantenernos en vilo, un asesino en serie, un ídolo caído y una oferta para la redención. Un libro interesante, sorprendente, recomendable y ante todo muy real. (David Sánchez)
hace 13 años