Barack Obama ganó unas elecciones históricas. Es el primer presidente negro de Estados Unidos. Su victoria pone el punto final al poco querido gobierno de George W. Bush. Sus discursos sobre el cambio y la esperanza han levantado grandes expectativas. Esto es lo que nos han contado. Y es verdad. Pero en la elección de Obama hubo un elemento que va más allá de una campaña política. Cinco millones de personas quisieron cambiar el futuro de su país y se implicaron como voluntarios. No era una organización. Era un movimiento y se convirtió en la máquina electoral más potente y refinada de la historia. ¿Cómo se ideó? ¿Por qué hubo tantos voluntarios? ¿Por qué lo hacían? Este es un libro de periodismo. Cuenta la historia privada y personal de decenas de americanos que optaron por no quedarse en el sofá. Estaban cansados de la dirección de su país. Demostraron que ¡yes, we can!. Al principio nadie daba un duro por ellos. Pero lo hicieron, ganaron, los cínicos quedaron escaldados y la Casa Blanca es, hoy, un poco de muchos millones de personas. Eso sí que es historia.