Celeste tiene unos veinte años y vive sola. Desde hace un tiempo, la invade una melancolía que no tendría por qué sentir; aunque no tiene muchos amigos, los que tiene comparten sus sueños con ella. Y no de forma metafórica, sino real. Tal vez ese sea el problema: Celeste vive demasiado inmersa en su mundo onírico, hasta el punto de enamorarse de una creación de su subconsciente. Cuando una pesadilla asalta los sueños de toda la ciudad, Celeste y sus amigos deciden eliminarla. Al hacerlo, aprenderán lo tenue que puede ser la frontera entre los sueños y la vigilia, y descubrirán que ayudar a otros puede ser la mejor forma de ayudarse a uno mismo. Lectura recomendada a partir de 13 años.