Para ser un relato de terror que se ampara de la cruda naturaleza, leerlo estando en una época en que se ha visto de todo en el género del terror, es una gran sorpresa; el autor relata muy bien estas escenas crudas en que hombres de aquellas épocas no pueden expresarse con libertad y aún así comprendes internamente todo el sentimiento que implica la soledad del bosque, me encantaría descubrir más relatos de este autor. Una de las cosas que más me gustó es que destaca el hecho de que la risa es el único faro en la oscuridad terrorífica a tu alrededor que puede convencerte de que no estás loco.
hace 4 meses