El valor de la ciencia es una obra que ha conocido desde su primera aparición un inusitado éxito editorial dentro y fuera de Francia. En sus tres grandes partes se ocupa de las ciencias matemáticas -tiempo, espacio, espacio tridimensional-, las ciencias físicas -astronomía, física, matemática, relación entre análisis matemático y física- y, finalmente, la cuestión que da título al volumen, es decir, el valor objetivo de la ciencia, la posible artificialidad de ésta y su relación con la realidad que aborda. Poincaré, admitida la convencionalidad de la geometría, la rehúsa para la aritmética y muy especialmente para la física; la objetividad de los hechos, avalada por su necesaria verificación experimental, le distancia del giro lingüístico en la teoría de la ciencia y le permite salvar el supuesto dilema entre la validez científica y su utilidad pragmática. El fin de la ciencia es, ante todo, el conocimiento desinteresado, el logro de la verdad por sí misma; en la medida en que éste sea posible, la ciencia podrá ser lo que también se espera de ella, es decir útil.