Vincent Hauuy ha decido irrumpir en el mundo literario por todo lo grande. No es simple palabrería a lo que hace alusión la frase anterior. El triciclo rojo, primera obra de este autor, es un thriller sobresaliente de principio a fin, siendo galardona con el premio Michel Bussi al mejor thriller francés de 2017. En resumen, el creador de este frenético libro puede estar más que orgulloso de lo que su mente y manos han dado forma. Puede parecer, al leer la sinopsis, que nos vamos a encontrar con otro thriller cuyas páginas vomitarán rituales de asesinatos, una investigación policial con el objeto de cercar al asesino, y diversos clichés que arropan siempre a este género. Lo siento si por un lado quieres leer exactamente eso, pero El triciclo rojo es de todo menos predecible. Es como ese gato que te ronronea mientras le acaricias y, segundos después, se lanza contra tu mano para morderla. Así es este libro. Un compendio de caminos llenos de giros, giros y más giros argumentales. Noah Wallace, criminalista forense, deberá hacer frente a una serie de macabros asesinatos que siguen el mismo patrón de unos crímenes ocurridos cinco años atrás. Amnésico y destrozado físicamente, Noah deberá luchar ya no solo por descubrir la identidad del asesino, sino para darle sentido a aquellos recuerdos difusos que su mente va escupiendo y que van descubriendo una conspiración que se remonta a la niñez de Noah. Paralelamente, Sophie, bloguera y periodista, investiga la desaparición de un reportero en extrañas circunstancias, lo que hará que sus pesquisas se crucen con las de Noah, descubriendo en el trayecto que lo que está ocurriendo puede ser demasiado peligroso y complejo para ambos. Un libro adictivo, con una idea original pintada sobre un tapiz macabro y oscuro. Una lectura que no debería faltar en la lista de ningún buen lector. (David Carrasco, 8 de agosto de 2018)
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